Vittoria Colonna[?]

 

Vittoria Colonna[?]

 

Vittoria Colonna[?]

No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.

Virginia Woolf (1928)

 

A partir del siglo XV el  humanismo promueve una nueva mentalidad que coloca al individuo (hombre) como centro y medida de todas las cosas (se sedimenta de androcentrismo). Este hecho propiciará en el ámbito artístico el surgimiento de nuevos géneros asociados a los intereses y deseos de una nueva clientela. En este sentido aparece el retrato promovido como a imagen de poder. En esta época el retrato femenino se convertirá en algo valioso, como a símbolo de propiedad privada. Igualmente, encontramos también retratos de mujeres que deconstruyen el rol asignado socialmente. Este es el caso de Vittoria Colonna (aristócrata, culta, refinada, escribió poesía amorosa y prosa reflexiva sobre temas religiosos y espirituales=. Admirada por grandes hombres de su tiempo como Baldassare de Castiglione (autor del libro El Cortesano), Leonardo Da Vinci, quien la inmortalizó en un retrato, o Miguel Ángel, que estuvo fuertemente influido por ella, relación que ha dejado una amplia relación epistolar. También tuvo, pero, detractores, aquellos que seguían obsesionados en alejar a las mujeres del mundo de las artes y la erudición. Si nos fijamos en la obra, vemos como mientras lanza la mirada contundente hacia el espectador/a con el dedo índice izquierdo señala un libro abierto y apoya su mano derecha sobre el pecho y nos indica el origen de su verdadera pasión.

 

Vittoria Colonna [?], Sebastiano del Piombo, 152-25