Dos gitanas

Dos gitanas

Dos gitanas

La construcción de la misma artista como héroe de la modernidad es sexista. No existe una figura femenina equivalente.

Griselda Pollock

 

Al volver de París, Isidre Nonell dedicó muchas de sus obras a temas marginales hasta el punto de dedicar un alto volumen de su producción a la representación de gitanas, hecho que provocó la reacción y el escándalo de la mirada burguesa. Esta obra pero, siempre representativa del Nonell más expresionista, no se usa nunca para hablar de las mujeres representadas. Esta obra nos permite hablar de la intersección entre sexo/género pero también entre raza o clase. El feminismo decolonial afirma que todos estos términos son categorías culturales impuestas por los sistemas coloniales. Esta corriente de lucha y pensamiento quiere romper con el universalismo occidental y afirmar que el feminismo no puede ser monolítico ni unívoco y que ha de tener en cuenta las realidades diferentes y diferenciadas de las mujeres racializadas. Esta propuesta es absolutamente generadora, pues asocia a la condición desigual femenina los posicionamientos geo y corpopolíticos de las mujeres. Estas gitanas de Nonell, como los millones de cuerpos de mujeres acumulados en las instituciones museísticas nos dicen mucho del artista, pero poco de las figura representadas poniendo en evidencia a las mujeres, como a imagen artística, hemos estado un constructo patriarcal.

 

 

Dos gitanas, Isidre Nonell, 1903