La serpiente

 

La serpiente

 

La serpiente

En la iconografía cristiana es uno de los animales simbólicos más importantes y más complejos. El Génesis dice que la serpiente es el más astuto de los animales salvajes que Dios hizo y que tentó a Adán y Eva en el episodio del pecado original. Se convierte entonces en el símbolo del demonio, el enemigo de Dios, y aparece enroscada en el Árbol de la Vida, en forma de espiral ascendente, que se interpreta como la rebelión contra Dios. En el pilar de Camarasa y en las pinturas de Sigena podéis ver la representación del pecado original, con Adán y Eva a ambos lados del Árbol de la Vida y la serpiente enroscada en el tronco. Decían que huía del hombre desnudo, sólo le atacaba si iba vestido. Por eso, mientras Adán iba desnudo por el Paraíso la serpiente no se atrevía atacarlo, porque estaba limpio de pecado, pero cuando se vistió de mortalidad y se cubrió de vicios, se le lanzó.
A pesar de su simbolismo maléfico y negativo (protagonista del pecado original, representación el demonio y figuración del infierno y personificación del mal en el Juicio Final), a veces se hace referencia a Cristo y adquiere un sentido más positivo.