La paloma

 

La paloma

La paloma

La paloma es honesta porque se mantiene fiel a su pareja incluso después de la muerte. Simboliza la fidelidad y el matrimonio y, al mismo tiempo, como todos los animales alados, la espiritualidad, la sublimación de los instintos, la elevación, la trascendencia y el desprendimiento de la tierra.
Es uno de los símbolos más utilizados por la Iglesia para plasmar el Espíritu Santo (en las pinturas de Sorpe y en las Estaon), Jesucristo, la Iglesia, los fieles y el alma de los inocentes. También será uno de los emblemas de la Virgen. Como imagen de pureza aparece en escenas como la presentación de Jesús en el templo o en la ofrenda de San José de cuatro palomas blancas en el templo que aparece en el frontal de Mosoll.
La Paloma Eucarística que se puede ver es un vaso litúrgico que servía para guardar las hostias consagradas y, entre las misas, se colgaba sobre el altar con un sistema de cadenas. Está construido con láminas de cobre y el cuerpo dorado está cincelado con un tema que quiere reproducir las plumas cortas. Las alas y la cola están esmaltadas en azul, verde, rojo y amarillo. La paloma se afirma así como símbolo litúrgico que representa el Cristo que se reencarna misteriosamente en la Eucaristía.
Otras veces, como al hacerse mayor lucha y expulsa al padre del nido para aparearse con la madre, representa también la lujuria y por eso en algunos manuscritos medievales aparece en la mano de una mujer, que encarna la lujuria.