Propaganda, fotoperiodismo y cine

Ante la necesidad de dar a conocer el drama de la guerra en el mundo y de coordinar la difusión interior y exterior de la imagen de la lucha antifascista, las instituciones republicanas pusieron en marcha sistemas de propaganda con artistas comprometidos con el gobierno legítimo. En menor medida, el bando franquista también recurrió a los carteles como vehículo de propaganda y contrainformación, estableciéndose así una dialéctica de fuerzas. No fue una guerra de armas, sino una batalla para ganar conciencias entre la población.
Por esta razón, la propaganda y el fotoperiodismo son también dos ejes temáticos que aborda la nueva presentación. Por un lado, el apartado dedicado al cartel, con imágenes emblemáticas que han trascendido el momento histórico en que fueron creadas. Por otro, el apartado dedicado al fotoperiodismo, que cobró una importancia extraordinaria durante la Guerra Civil, incorpora trabajos de fotógrafos como Agustí Centelles, Antoni Campañà y Josep Compte, y el icónico fotomontaje de Pere Català Pic Aplastemos el fascismo. También se renueva el espacio dedicado al cine con la exhibición de nuevas películas, en colaboración con la Filmoteca de Catalunya. Se añade la película Le Martyre de la Catalogne [Cataluña mártir], donde se muestran los efectos de los bombardeos sobre la población civil. También se incorporan imágenes de una filmación del Movimiento Revolucionario donde se pueden ver imágenes de los cadáveres de las monjas del convento de las Salesas que fueron exhibidas durante los primeros momentos de la Guerra Civil.
|
Encuentro de una miliciana con la muerte, Pere Pruna, c. 1936-1939 |
La simbiosis entre arte y guerra tuvo una de sus principales manifestaciones a través del cartelismo. A pesar de que el compromiso político se hizo explícito mediante diversos registros artísticos, ninguno de ellos tuvo la capacidad de transmisión del cartel como manifestación de arte popular sobre muros y paredes. El cartel combina su condición de creación efímera con un notable despliegue estético, con cromatismos efectistas en busca de un impacto inmediato. Tanto el bando franquista como el republicano editaron todo tipo de carteles, en el que era una traslación de la guerra en el terreno de la propaganda, transmitiendo consignas políticas confrontadas. Varios artistas reconocidos, incluso de vanguardia, realizaron carteles que se han convertido, en algunos casos, imágenes emblemáticas que han trascendido el momento histórico en que fueron creadas.
Josep Renau. Hoy mas que nunca, victoria, 1938. Colección particular en depósito en el museo, 2014 © Fundació Josep Renau – Valencia
La Guerra Civil española contribuyó decisivamente a la consolidación del fotorreportaje, un género periodístico que había eclosionado en la década de 1920 gracias a la invención de la Leica -cámara manejable que permitía al fotógrafo captar la noticia «al pie del cañón» - ya la proliferación de las revistas ilustradas de gran tirada, que reservaban páginas enteras para desplegar fotográficamente el relato de la noticia, casi como un guion cinematográfico. Fotógrafos como Agustí Centelles o Antoni Campañà suministraron abundante material gráfico en las principales publicaciones ilustradas del momento, tanto nacionales como extranjeras, las cuales, a medida que avanzaba el conflicto, concedieron cada vez más importancia y espacio a las imágenes de destrucción y muerte causadas por los ataques aéreos indiscriminados contra la población civil.
Fusilero [Vicente Burón], Antoni Campañà, 1936. Depósito de la familia Campañà Capella, 2020 |
Exhibición de las momias de las monjas, convento de las Salesas. Paseo de San Juan, Barcelona, julio de 1936. Antoni Campañà. Arxiu Campañà |