El componente simbólico

 

El componente simbólico

 

El componente simbólico

El arte románico está marcado por el simbolismo, de forma que los episodios y los personajes se han de interpretar en función de su valor simbólico, más que por el narrativo. El repertorio temático se basa fundamentalmente en la Biblia y en las vidas de santos.

Los temas seleccionados y su ubicación dentro de la iglesia responden a diversas finalidades. En primer lugar, a un sentido didáctico dirigido a los fieles, a quienes se debía ilustrar sobre los aspectos esenciales de la religión: las imágenes son la Biblia de los iletrados. Con frecuencia los temas aparecen como una advertencia del peligro de caer en el pecado o bien como una imagen de la lucha entre el Bien y el Mal. También el culto y la liturgia influyen en la organización de los temas, en la medida en que son el reflejo de las ceremonias y los actos que podían tener lugar dentro y fuera de las iglesias. En algunos casos también se ha observado un sentido político, entendido como muestra de poder o como alusión a los gobernantes.

Sin embargo, detrás del simbolismo más inmediato de las escenas, también existen otros niveles de interpretación que no siempre estaban al alcance de todos los espectadores. Algunos temas son difíciles de interpretar o aparecen en puntos alejados del ojo del espectador.