En la primavera de 1937, París acogió la exposición L’art catalan du Xème au XVème siècle, un hito en la historia del arte catalán, pues era la primera vez que una muestra representativa del arte medieval catalán se exponía fuera del país. En el contexto de la Guerra Civil, el gobierno de la Generalitat obtuvo la autorización del gobierno de la República y la colaboración de las autoridades francesas para desplazar las principales obras románicas y góticas del patrimonio artístico catalán y exponerlas en París.
La primera sede de esta exposición fue el Jeu de Paume (marzo-abril de 1937), y se prorrogó en una segunda muestra más ampliada en el castillo de Maisons-Laffitte (junio-noviembre de 1937).
La extraordinaria calidad del arte medieval exhibido en estas muestras propició su reconocimiento internacional y reafirmó la inmensa labor de salvaguardia y preservación que llevaron a cabo los responsables del gobierno de Cataluña.
La exposición L’art catalan du Xème au XVème siècle, en el Jeu de Paume de París (marzo-abril de 1937), fue un éxito de público e hizo descubrir a los entendidos e interesados en el arte medieval europeo un patrimonio valiosísimo y desconocido en el continente hasta ese momento.
La exposición puso de manifiesto la extraordinaria labor de la Generalitat para salvaguardar el patrimonio artístico del país en los inicios de la Guerra Civil y la ola revolucionaria que la acompañó, y mostró al mundo el trabajo realizado, desde principios del siglo XX, por Joaquim Folch i Torres y otros especialistas, que había culminado en la creación y apertura del Museu d’Art de Catalunya, en 1934.
La imposibilidad de prorrogar la exposición en el Jeu de Paume y la inauguración de la Exposición Internacional de París —donde se expuso el Guernica, de Picasso, y El segador, de Joan Miró, en el Pabellón de la República española— comportaron el traslado de la exposición de arte catalán al castillo de Maisons-Laffitte, al amparo del Ministerio de Bellas Artes de la República Francesa. Los espacios del castillo fueron adaptados por Joaquim Folch i Torres y Josep Lluís Sert, se amplió la muestra con nuevas piezas llegadas de Olot y se proyectó una nueva distribución.
La muestra se acompañó de publicaciones especializadas de gran calidad. André Dezarrois, director del Jeu de Paume; Paul Vitry, conservador del Museo del Louvre; y Christian Zervos, crítico de arte y fundador de la revista de referencia Cahiers d’Art, colaboraron con textos y fotografías como nunca antes se había visto este patrimonio artístico.