El museo en peligro
Salvaguarda y orden del arte catalán durante la Guerra Civil
Creado en 1934 por Joaquim Folch i Torres e inaugurado dos veces (en noviembre de 1934 y mayo de 1936), el Museu d’Art de Catalunya culminaba la primera gran política pública de cultura y patrimonio, que se había esbozado en los años de la Mancomunidad y desplegado, definitivamente, con la Generalitat republicana. El país disponía de un museo de referencia, que ordenaba, clasificaba y exhibía el patrimonio artístico catalán del románico a la pintura contemporánea, de los retablos de las iglesias de la Vall de Boí a la obra de Picasso.
Todo este esfuerzo se puso en peligro y estuvo en riesgo de perderse durante el verano de 1936, cuando la sublevación fascista del general Francisco Franco y sus cómplices provocó una profunda crisis de poder, así como el estallido de un proceso revolucionario y una guerra civil.
Las autoridades catalanas, desde la Generalitat hasta los ayuntamientos, los profesionales del patrimonio y ciudadanos voluntarios se pusieron a trabajar inmediatamente para salvaguardar el patrimonio cultural y artístico de todo el territorio y las colecciones del museo. En primera instancia, se intentaron evitar las destrucciones provocadas por la ola revolucionaria, especialmente intensa ese verano de 1936. Posteriormente, la preocupación fue proteger el patrimonio de la guerra y de las agresiones aéreas y marítimas fascistas. A partir de estos dos parámetros se desarrolló una notable, compleja y exitosa labor de salvaguarda y orden del arte catalán entre el verano de 1936 y comienzos de 1939.
La cartografía nos muestra esta labor de un modo diferente y complementario. Es una herramienta excelente para entender la magnitud del esfuerzo, los recursos movilizados y las itinerancias imprescindibles para salvaguardar las colecciones en depósitos perfectamente preparados para recibir las obras de arte en condiciones de máxima conservación.
Se han cartografiado depósitos e itinerarios, destrucciones y salvaguardias a partir de una selección de datos históricos, extraídos de los documentos conservados en los archivos del país. Con este visor se dispone de una primera visión del territorio y las afectaciones de la guerra y la revolución sobre el conjunto del patrimonio, tanto los depósitos como las rutas que facilitaron la conservación del arte catalán. Recoge una primera propuesta de cartografía digital, pionera en la representación de uno de los aspectos fundamentales de la tarea de salvaguarda y orden del patrimonio durante la Guerra Civil. A partir de los primeros datos que se muestran, esta cartografía se irá ampliando y completando con el trabajo sobre las fuentes documentales y archivísticas de todo el territorio. Se irán incorporando nuevos datos hasta poder cartografiar todo el territorio y cubrir todas las vicisitudes del arte catalán desde el verano de 1936 hasta el final de la guerra: destrucciones, salvaguardas, depósitos, movimientos de protección (itinerancias), retornos, etc.