Probablemente fue la tabla central de un retablo dedicado a la Virgen. La Virgen aparece entronizada y coronada, y a sus pies se puede el creciente de luna que remite a la figura de la Mujer descrita por San Juan en el Apocalipsi. La Virgen lleva al Niño en la falda, desnudo y con un fragmento de coral colgado del cuello. Ambos están acompañados por cuatro ángeles, dos de ellos tocan el laúd y los otros dos ofrecen un plato de racimo a la Virgen y otro con peras, al Niño.Una inscripción a los pies del trono de la Virgen permite leer todavía el nombre del pintor pero se ha perdido la fecha que, muy probablemente, fue borrada cuando la pieza entró al comercio y se intentó que pasara por una obra de origen italiano. J. Fiter y Inglés, en 1876, pudo ver la tabla todavía en la iglesia parroquial de Bellcaire, y transcribe tanto la firma como la fecha, que él lee como "MCCCCL".