En 1971, a través de un amplio reportaje fotográfico de Marc Lacroix en la revista Vogue, se mostraba al mundo el castillo de Púbol, el que desde el mismo momento en que se hizo público el proyecto se conocería como la casa de Gala, su espacio privado. El propio Dalí lo presentaba como un regalo de “amor cortés” a su esposa. Para aceptarlo Gala pondría una sola condición, recordaba el artista: Dalí solo podría entrar por invitación expresa de la propietaria.
En Púbol, Gala pasaría largas temporadas, reconstruiría sus recuerdos rusos y vaciaría los espacios frente a la acumulación de Portlligat. En la cripta del castillo sería enterrada y, sobre todo, encontraría la calma, el silencio y hasta la privacidad a los cuales sus manuscritos apelan y que contrasta con la exuberancia del marido.
Pero Púbol es mucho más que “la casa de Gala”, es más que esa habitación propia de Virginia Woolf donde Gala, la creadora, puede al fin encontrar su espacio. Púbol es más bien una especie de extraordinario objeto surrealista que representa la culminación del proyecto artístico a dos, Gala Salvador Dalí, incluso el más sofisticado de sus productos.
- Imaginando la habitación propia
Es tal vez en sus habitaciones privadas de Portlligat donde Gala ensaya la habitación propia como el objeto surrealista que luego Gala Salvador Dalí desarrollarán y perfeccionarán en Púbol. De hecho, y a pesar de que los dibujos para las reformas del castillo salen del lápiz de Dalí, a pesar incluso de algunos detalles extraordinariamente dalinianos del castillo, Púbol no es solo obra de Dalí: Gala tiene una parte muy activa en el proceso, como muestran las cartas y tantos rincones desnudos de la casa.
- Recordando: vestigios de Rusia
En el silencio de Púbol, Gala revive sus orígenes rusos a través de objetos, fotografías familiares y una biblioteca en cirílico. Elena Diakonova —luego, Gala— nace en Kazán en el año 1894, en una familia que le inculca la pasión por la lectura y que se traslada a Moscú, donde una adolescente Gala tiene la oportunidad de conocer a la entonces también joven poeta Marina Tsvietáieva —lo recuerda años más tarde Anastasia, la hermana menor de Marina—. Esos vestigios rusos la acompañarán hasta el final de su vida.
- El espejo de la dandi: la colección y la imagen
Junto a su pasado ruso —sus recuerdos y su biblioteca— Gala conservaba en Púbol otras colecciones que formaban la otra parte de su historia, incluso cierta pasión por los objetos que habitan el proyecto creativo Gala Salvador Dalí. Discos de Wagner, esculturas, peluches, libros dedicados por los principales escritores del surrealismo, junto con la ropa de grandes diseñadores —incluidos los tejidos diseñados por Dalí— conformaban el mundo de esta dandi que ensayaba su imagen en un juego performático.