Calificado como «el más surrealista de los surrealistas» por André Breton, impulsor de este movimiento artístico, Yves Tanguy (París, 1900 ― Woodbury, Connecticut, 1955) sigue siendo uno de sus representantes menos conocido por el gran público.
Marinero de profesión y pintor autodidacta, Tanguy inició su carrera en Francia, pero su consagración como artista se produjo en Estados Unidos, donde se exilió en 1939 y donde vivió hasta su muerte.
Es en los museos norteamericanos donde se conserva gran parte de su obra, que ahora se presenta en el Museu Nacional en la primera gran antológica dedicada al artista francés que puede verse en España.
La exposición, organizada con la colaboración del Musée des Beaux-Arts de Quimper, reúne más de doscientas cincuenta obras. De su producción pictórica, la más relevante, se exhiben unas cincuenta pinturas, desde las primeras obras postcubistas y expresionistas de 1924 hasta Multiplicación de los arcos, pintada poco antes de su muerte. El discurso expositivo se completa con un importante número de piezas de su obra gráfica: guaches, grabados, «dibujos automáticos» y «cadáveres exquisitos», juegos surrealistas que Tanguy compartió con sus amigos como Joan Miró, André Breton o Jacques Prévert. Libros y revistas de época ilustradas por Tanguy, fotografías de Man Ray o Dora Maar y documentación inédita ayudan a contextualizar el universo surrealista del pintor.
La muestra ha contado con valiosos préstamos de instituciones públicas y privadas de todo el mundo, así como de numerosas colecciones particulares. Se trata, así pues, de una oportunidad única para conocer a fondo a uno de los grandes nombres del arte de la primera mitad del siglo XX.
Como subraya el comisario André Cariou, conservador en jefe y director del Musée des Beaux-Arts de Quimper, «hoy en día, Yves Tanguy, el más grande pintor surrealista francés, calificado de pintor surrealista por excelencia, es aún desconocido. Sin duda, el gran público aprecia más las imágenes de Magritte o las extravagancias de Dalí, pero el favor de los entendidos continúa intacto… Su obra fascina siempre a todos aquellos que aceptan entrar en ella».