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Los gobernantes de Roma utilizaron la moneda como medio idóneo para difundir la imagen pública del Estado romano de acuerdo con sus intereses. En esta exposición se presenta una selección de monedas de las colecciones del Gabinete Numismático de Cataluña del MNAC que muestran la evolución del mensaje iconográfico de las acuñaciones romanas de las primeras emisiones del siglo III aC hasta las del siglo IV dC. Estos materiales numismáticos se presentan acompañados de objetos de lujo de la época romana del Museu d'Arqueologia de Catalunya relacionados con la vida doméstica, religiosa y militar de la aristocracia romana que tenía el poder.
La República romana eligió para sus primeras emisiones iconografías que mostraban un Estado en expansión, protegido por los dioses. A lo largo del siglo II aC el mensaje monetario se diversificó con la finalidad de incorporar tipos de monedas que hacían referencia a las gestas y a las divinidades protectoras de las familias de la nobilitas romana que controlaba el poder. En el año 44 aC, Julio Cesar fue nombrado Dictator perpetuo y el Senado romano le concedió el honor de grabar su efigie en las monedas, siguiendo la línea de los monarcas helénicos y en contra de la tradición republicana. Así pues, se inició la costumbre de exaltar la figura de los gobernantes en las monedas, que perduró hasta el final de las emisiones romanas.
A lo largo de la época imperial fue habitual grabar en el reverso de las monedas el retrato del emperador, que solía aparecer con los títulos de Imperator y de Augustus, junto con el de Dominus en la época del bajo imperio. La exaltación del augusto ocupó también, muy a menudo, el reverso de las monedas. En estos casos el emperador era el protagonista de escenas en las que aparecía, por ejemplo, dando la mano a los dioses, como militar victorioso o repartiendo regalos entre los ciudadanos. La familia del emperador también tuvo una presencia significativa en las imágenes monetarias. Sobre todo se honraron a los herederos, quienes aparecían designados como Principes iuventutis o Caesares, y la figura de la mujer se puso en relieve, sobre todo durante el alto imperio, a causa de la importancia que tenía en cuanto a la sucesión hereditaria del poder.
Además de la exaltación del emperador y de su familia, la selección de las imágenes de los reversos estaba orientada a realzar los valores tradicionales del Imperio. La personificación de las virtudes de Roma fue un tema constante, así como la representación de los dioses tradicionales, que únicamente desaparecieron de las monedas en el siglo IV dC, con el cristianismo. Otro valor promocionado fue la cohesión territorial del Imperio. El ejército era una institución fundamental para mantenerla, y por esa razón la exaltación del poder militar de Roma y la victoria sobre el enemigo ocupó buena parte de los reversos de las emisiones. Eran mensajes propagandísticos que, en épocas de crisis, servían para ocultar la inestabilidad política, económica o militar del imperio.