Formado en la rica tradición pictórica valenciana e instalado definitivamente en Barcelona en el año 1819, Rodes se convirtió en el principal retratista de la primera mitad del siglo XIX catalán. Su lenguaje poético combina un trasfondo academicista con una progresiva asimilación del nuevo estilo romántico, como ejemplifica este Retrato de joven con levita azul representado en busto y ligero escorzo hacia la derecha. La obra pertenece a un momento en que el artista dotó de características muy parecidas sus retratos al pastel y consiguió unos resultados muy brillantes. Especialmente representativas de su estilo son la facilidad con que modela el rostro del personaje y la distribución homogénea de la luz por la superficie pictórica.