Punctum. Detalle de una fotografía que nos llega por azar y se nos clava en el corazón. Roland Barthes: La chambre claire, 1980

La Primavera Fotogràfica fue un certamen de carácter bienal, iniciativa de un grupo de fotógrafos, galerías y centros culturales barceloneses para promover la fotografía como medio de expresión. Se trataba del primer paso para conseguir una normalización cultural de la fotografía. Desde mediados de los años setenta y hasta los primeros años ochenta, aumentó el interés por la fotografía, y en Barcelona se crearon algunas galerías de vida efímera. Una joven generación de fotógrafos vio la oportunidad de reivindicar la fotografía más allá del fotoperiodismo y abordar la problemática del sector que no había estado presente en el Congreso de Cultura Catalana de 1977. Su modelo era el festival Venezia - La fotografia (1979) y el Mois de la Photo à Paris (1980). Se crearon las Jornades Catalanes de Fotografia (1980) y sus conclusiones marcaron el camino hacia este certamen. La posibilidad de acoger la colección de Sam Wagstaff en la Fundació Joan Miró en el marco de la primera edición dio un tono internacional al festival desde el inicio, que se expandió por toda Cataluña, y el Departament de Cultura de la Generalitat lideró la iniciativa. Han pasado 42 años desde su creación y 20 desde su desaparición, pero su legado documental es inmenso y había que mostrarlo por el gran éxito de participación de las instituciones públicas, entidades privadas, galerías y escuelas de arte de Cataluña que alcanzó a lo largo de sus doce ediciones.