Un antiguo mito que se refiere al prestigio del artista cuenta que Alejandro Magno rindió visita al pintor Apeles en su taller. Por su parte, el poeta, crítico y traductor francés Baudelaire decía que la modernidad es una época de héroes con zapatos de charol. Del mundo de los mitos se pasa a otro de cotidianidad burguesa, que los artistas representan a menudo en el recogimiento del aficionado o coleccionista que mira grabados en el taller. El grabado, además, es un medio múltiple y más económico que la pintura o la escultura, y permite al artista moderno difundir su obra entre unas capas sociales que ya no son solo las de la alta burguesía.