La colonización europea en África, Oriente Medio y el sudeste asiático introdujo el orientalismo en el mundo occidental. Exotismo oriental, desde una perspectiva romántica, atrajo artistas occidentales que ya desde principios del siglo XIX comenzaron a utilizar activamente los temas y los motivos de Oriente en las artes visuales, la arquitectura, la música y las artes escénicas.
El mundo del diseño de moda no fue una excepción y en la década de 1910 el orientalismo se introdujo con el uso de nuevos tejidos, como la seda y la gasa, de colores vivos y con una silueta mucho más ágil, fluido y suave. Estos años se caracterizaron por la popularidad de la fluidez en los pantalones, por los quimonos, por las túnicas y faldas más estrechas.
Para saber más:
Henri Privat-Livemont, Rajah, 1899 [1]
Marià Fortuny, La odalisca, 1861 [2]
Henri Meunier, Thé Rajah, 1897 [3]
Ramon Casas, Atelier Casas & Utrillo, 1898 [4]
Utagawa Kunisada, Terutehime y Koshimoto Kaoyo, 1847-1848 [5]; Francesc Masriera, Después del baile, 1886 [6]
Pere Casas Abarca, Esclave, hacia 1900 [7]; Eugène Samuel Grasset, Exposition Internationale de Madrid, 1893 [8]; Pere Casas Abarca, Fatima, hacia 1900 [9]
Francesc Masriera, En presencia del Señor, 1891 [10]; Pere Casas Abarca, Extase, hacia 1900 [11]; Eduardo Chicharro, Mujer de perfil con quimono, hacia 1913-1925 [12]
Josep Tapiró, Novia bereber, hacia 1896 [13]; Joan Cardona, Mujer ataviada, hacia 1918 [14]
Pere Casas Abarca, Langueur, hacia 1900 [15]; Hermen Anglada Camarasa, Granadina, hacia 1914 [16]
Siguiente -> [17]