Los artistas de pintura mural acostumbraban a realizar patrones para dibujar sus personajes. En el caso de la Lapidación de San Esteban se han estudiado las caras de estas figuras y, como se ve en la imagen de la derecha, es evidente que hay un patrón que se repetía.
Los rostros de los tres verdugos, por ejemplo, son iguales. Cada uno de ellos está representado con un color diferente. El pintor únicamente cambiaba la inclinación de la cabeza, las cejas o la cantidad de pelo.
Todas las cabezas se han superpuesto informáticamente para poder comprobar las coincidencias y las diferencias entre todos ellos.