Tal vez el momento más significativo de la síntesis de todas las artes bajo el dominio de la propaganda durante la Guerra Civil [1] –que lo es también del compromiso de los artistas españoles con la República–, lo constituya el del Pabellón de la República Española [2], construido en la Exposició Internacional de París [3] de 1937. Diseñado por Josep Lluís Sert [4], incluía, además del Guernica [5] de Pablo Picasso –que se exponía al público por primera vez-, fotomontajes y fotomurales de Josep Renau [6], entre otros, y obras tanto de artistas de vanguardia –Joan Miró [7], Julio González [8], Alberto [9] o Alexander Calder [10]–, como de muchos otros menos conocidos y más tradicionales, aunque no menos necesarios.