La Virgen, sentada en el suelo sobre un cojín, con el Niño de pie sobre el regazo, sostiene con la mano derecha un jarro con rosas y un lirio, símbolos de maternidad y de pureza. El Niño, que también lleva un lirio, apoya la frente sobre la mejilla de su madre. Los acoge un cortinaje de honor de brocado en oro y negro, sujetado por tres ángeles, mientras otros dos ángeles sentados en el suelo tocan el órgano y el laúd. La monumentalidad de las figuras, el esplendor de los tejidos, el modulado de la luz y el uso del color azul sitúan esta tabla dentro del más puro estilo del Cuatrocientos italiano. Se trata de una obra que se ha identificado con la tabla de un políptico que Giorgio Vasari describió en 1568 en casa de la familia Gondi, en Florencia.