Ecce Homo
Jesucristo se halla representado en la soledad del momento en que es condenado a muerte ante la multitud en el Pretorio. Esta pintura es una versión del Ecce Homo del palacio del Pardo, hoy en el Museo del Prado.
Gracias a un análisis reflectográfico de rayos infrarrojos, realizado por el equipo de restauración del museo, debajo de la capa pictórica se han encontrado los trazos punteados propios de la técnica del estarcido. Se ven puntos en la estructura corporal, sobre todo en la túnica sobre los hombros, antebrazos, manos y la caña; y también se intuyen en el rostro, básicamente en la nariz (ver imágenes de la derecha).
Este testimonio pone en evidencia el uso de un cartón o plantilla, por lo tanto, el modelo original moralesco sería calcado por ayudantes, y la composición se repetiría según demanda, ya sea por el propio maestro o por otros miembros del taller. Aunque existe la certeza de que Morales usaba calcos en sus obras, hasta la fecha no se había documentado ningún estarcido en una pintura suya o de su entorno.
Los Ecce Homo de Morales tuvieron gran aceptación y prueba de ello son las múltiples versiones que se conocen, ya sean del propio artista, de su taller o copias.
Adquisición, 1916