Imagen tallada en madera y policromada del Crucifijo, llamada Calvario por ir flanqueada por pequeñas tallas de María y san Juan. El Cristo es del tipo sufriente (Christus Patiens), de manera que aparece con los ojos cerrados, los brazos sensiblemente inclinados y va semidesnudo, vestido solo con el perizoma o paño de pureza (perizonium). Lleva una corona de selección cilíndrica. En los extremos del travesero hay fijas las imágenes de María, a la derecha de Cristo, y de san Juan Evangelista, a la izquierda. No se conservan, en cambio, las figuras de Adam resucitando que había en la base del palo, y la de la parte superior, probablemente las personificaciones del sol y la luna. La cruz, enramada, refuerza su simbolismo como Árbol de la Vida, al mismo tiempo que los extremos acaban en forma de flor de lis.

Todo el grupo conserva buena parte de la policromía, cosa que permite leer algunas de las inscripciones. En el reverso, en el centro, hay pintado el Cordero de Dios (Agnus Dei), como símbolo del sacrificio de Cristo, imagen habitual en casi todos los Crucifijos. El grupo se fijaba en una estructura de madera entorno al altar, mediante el pie coronado para un capitel y acabado en una mecha. Teniendo en cuenta sus dimensiones, debía servir también para usos procesionales.

Técnicamente, la escultura es esquemática y efectiva, con un marcado sentido del detalle. La presencia de una cruz similar a la iglesia de Cap d’Arán, puede relacionar este Calvario con obras de la Valle de Arán o del Pirineo occidental catalán.